jueves, 26 de enero de 2012

Lo que importa es ser feliz

Lo habíamos dicho todos (los felices usuarios del mejor metro del mundo) pero hasta que han salido los de Autrocontrol para darnos oficialmente la razón, no nos han hecho caso : la campaña Más por menos  del Metro de Madrid es un fraude.
Dando muestras de subestimar la inteligencia de los madrileños (sus reiteradas mayorías absolutas serán evidencia de que muy listos no somos) la Duquesa Esperanza Aguirre ha intentado convencernos a través de la publicidad abajo que la subida de 50% del billete unitario (pese a la evidencia  matemática) no es para tanto y  que somos afortunados de que un viaje nos cueste sólo 1,50. 

¿Lo sorprendente? Que resulta que según Autrocontrol la campaña no es un fraude por lo que habíamos pensado todos:   omitir los que los salarios mínimos de las ciudades que aparecen en los carteles son superiores. Parece ser que ese es un hecho "ampliamente conocido" .  Es engañosa porque los billetes cuyos precios se comparan no ofrecen el mismo servicio. Es engañosa porque  podría sugerir al consumidor que por un precio inferior, el metro de Madrid ofrece más prestaciones cuando la realidad no es así.
Detalles sin importancia. Para los asesores de Espe (que también opinarían en su momento que  era una idea cojonuda volver a hablar de la subida de 50% del metro cuando ya la teníamos olvidada)  y para la Consejera de Presidencia y  Justicia de la Comunidad de Madrid, Regina Plañiol,  quíen salió en defensa de la campaña con argumentos irrefutables:

1)  que la campaña sirve "para que todos sepan lo que cuestan las cosas"
Mire usted, yo sé cuanto cuestan las cosas,  básicamente, porque las pago. En el caso especifico del metro, porque lo uso, al contrario de Su Señoría que irá por la vida en coche oficial o de su compañero, José Ignacio Echeverría (Consejero de Transportes, eh? No de Sanidad, ni Igualdad. TRANSPORTES)  que creía que el Metrobus (ese tan barato y tan estupendo) no existía. 

2)  la diferencia salarial entre los países descritos en la campaña no era relevante porque: "es demasiado básica para comparar los índices de bienestar, económicos entre un país y otro".

¿Que tal si en lugar de los sueldos comparamos nuestro IDH con Amsterdan, Oslo y Berlin? Nos daremos cuenta, entonces,  de nuestra suerte de tener el metro más barato? 

3) para  evaluar el bien estar hay que tener en cuenta: nivel de cobertura de la Seguridad Social, el nivel de impuestos, lo que es el coste de la vida, además del nivel del sueldo.

Al sueldo hay que añadir el coste de la vida. Y si añadimos también el precio del metro, el de la vivienda, el indice de paro? ¿Que tal le quedaría la campaña?

4) que  "Acaba de aparecer que España es uno de los países más felices del mundo, con lo cual algo será"

Ahora sí! Me ha convencido! Si con tener el metro más barato no nos vale porque en IDH, sueldo y coste de la vida  no nos salen las cuentas, que sepáis que  sacaremos pecho de que en el ranking de la felicidad (y el de los topicazos) estaremos siempre a la cabeza y lo que importa,  realmente, es ser feliz.







2 comentarios:

  1. Que no nos engañarán, por lo menos mientras tengamos voz. Y es que gracias a esa voz, esos de Autocontrol se atreven a decir algo y a poner en tela de juicio campañas manipuladoras como las de la Comunidad de Madrid. Debemos seguir hablando para poner en evidencia su propaganda, como la que llevan a cabo para endiñarnos las políticas de recortes de la Generalitat de Catalunya (la que, en este caso, me afecta a mí). Tienen muchos recursos a su lado y la manipulación es cada vez más descarada, pero eso también levanta más conciencias. Queremos ser felices, pero eso pasa ineludiblemente por no dejarnos pisar la dignidad (justicia, libertad, igualdad de oportunidades, servicios públicos decentes,...).

    Felicidades por el blog y mucho ánimo para que no nos callen.

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  2. Muy buena entrada.

    Se ha tenido que poner el grito en el cielo para ver la condena a una necedad como ésta por parte de alguien cualificado para ello. Me alegra.

    Pero te confieso, compañera, que lo que más me alegró fue ver la mala acogida que tuvo esta farragosa campaña por parte de los ciudadanos madrileños ¡Jamás lo hubiese imaginado! Parece que (¡por fin!) no estamos dispuestos a tragar con todo y asi se lo hicimos saber.

    Un abrazo.

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